(Read this story in Español)
I often wonder why you people make your bed every morning only to undo it again at night? Why do you put your bowls and plates away only to take them out again each time you eat? Why do you have so many clothes? So many shoes?
It must be exhausting to be human.
Take my lady for example. She gets up early in the morning and you’d think that we would set out to our morning walk right away. But oh, no! Not before her morning tasks. Put the dishes back in the cupboards, make the bed, change from her sleeping clothes into her morning-walk getup, brush her teeth, wash her face, sometimes she even sweeps the floor! (Apparently we shed a lot of hair).
I used to follow her around thinking that she would be ready to go out any moment now. But there was always a moment before the moment. So I don’t follow her anymore. I just lay in the hallway, watching her go back and forth, back to ‘back’ and then back to ‘forth’. I don’t get up until she is ready ready, by the door, with her sneakers on, leash in hand and really ready. Boboni, a more patient dog than me, does follow her around.
“Why don’t you streamline your morning operations, lady?” I ask. “Let’s get out the door sooner. More time for fun and play.”
She says:
“It’s called routine, buddy, and as boring as it may feel, routine is proof that things in our lives are fine, and fine is good.”
She’s right.
I remember when they cut off my paw. There was no following her around because I couldn’t walk all that well. Walks turned out to be a pee and a poop and very little walking. There was a lot less hair to sweep because I didn’t move from my bed and Boboni stayed at our mother’s until I managed on my own during walks. When they cut of my paw, routine got jumbled. Jumbled routine is very inconvenient.
Yes, I admit it, I would sign up for boring routine anytime if I could have my paw back.
“Still, woman! Couldn’t you cut down on some of that blissful routine so we have more playing time?” I ask.
“Well, dog! I guess I could.” She says.
She doesn’t sweep the floors anymore. Not that often at least. And she says she is going to reorganize her clothes. Less variety, leaner closets, she says. The rest is more or less the same. Still making her bed every morning and so on but I don’t mind it that much anymore.
So to honor our new friend routine, we’ve come up with our very own “happy routine day”.
Regular as routine itself since we’ve decided to celebrate it every other week. It’s also spelled all in lowercase to go with the theme of nothing-extra-special-stuff. The celebration won’t be anything fancy. Something low-key and extra-regular.
We all have to come up with a list of 5 mundane things of our lives that we wouldn’t wanna do without.
Here are my five:
The green grass where I run.
Speeding in my super red cart through bumps and crosswalks
Getting away with peeing unannounced (indoors).
Boboni’s lap (for napping).
Carrots (mine and Boboni’s since he doesn’t like ‘em)
What about you? Could you name five routine lucky thoughts?
feliz día de la rutina
Muchas veces me he pregunto: ¿Por qué las personas hacen la cama todas las mañanas para deshacerla otra vez por la noche? ¿Por qué guardan los platos en armarios si luego los tienen que sacar para volver a comer? ¿Por qué tienen tanta ropa? ¿Para qué tantos zapatos?
Debe ser bastante agotador ser persona.
Mi jefa por ejemplo se levanta pronto por las mañanas y pensarías que salimos a nuestro paseo instantáneamente. ¡Pues no! No antes de sus rituales mañaneros. Poner los platos de vuelta en el armario, hacer la cama, cambiarse de su ropa de dormir a la de salir al paseo, lavarse los dientes, la cara, a veces incluso ¡barre el suelo! Al parecer soltamos mucho pelo (pero por mucho que barra no vamos a dejar de soltarlo).
Yo antes la seguía pensando que estaría lista para salir en cualquier momento. Pero siempre había un momento antes de ese momento. Así que yo ya no la sigo. Me siento en el pasillo y la miro ir de un lado a otro y del otro al anterior y no me muevo hasta que está lista lista, junto a la puerta, con sus zapatillas puestas y las correas en la mano. Boboni, que es un perro mucho más paciente, sí la sigue a todas partes.
“¿Por qué no eliminas tanta tarea repetitiva de tus actividades diarias, amiga?” Le pregunto. “Podríamos salir a la calle antes y tener más tiempo para jugar y divertirnos.”
Entonces ella va y me contesta: “Felipe, se llama rutina y aunque parezca aburrida, la rutina es prueba de que las cosas en nuestras vidas están bien y eso es bueno.
Tiene razón.
Me acuerdo de cuando me cortaron la pata. Se acabó eso de seguirla por la casa esperando a que estuviera lista para salir porque casi no podía caminar. Los paseos se convirtieron en un pis, una caca y muy poco paseo. No había casi pelo que barrer porque yo me pasaba el día tumbado y Boboni se quedó con nuestra madre hasta que yo me empecé a manejar bien en las tres patas. Cuando me cortaron la pata, nuestra rutina se hizo merengue. Una rutina merengue es muy muy incómoda.
Sí, ella tiene razón. Firmaría ahora mismo por una rutina aburrida si pudiera tener mi pata a cambio.
“De todas formas, ¿podrías reducir algo esa feliz rutina para que tengamos más tiempo para jugar?” Pregunto.
“Supongo que sí.” Contesta ella.
Ahora ya no barre el suelo. Por lo menos no tanto. Dice que va a reorganizar su ropa. Menos variedad, un vestuario más práctico. Por lo demás todo más o menos sigue igual, sigue haciendo la cama todas las mañanas y demás pero ya no me importa tanto.
El caso es que en honor a nuestra nueva amiga rutina nos hemos inventado nuestro propio día de la rutina.
Rutinario como la rutina porque hemos decidido que lo vamos a celebrar cada dos semanas y se escribe todo en minúsculas para que vaya con el tema de no-especial-lo-de-todos-los-días. La celebración será algo fácil y sencillo, super común y regular. Cada uno tiene que nombrar detalles rutinarios sin los cuales no seríamos tan afortunados. El mínimo son cinco.
Aquí van mis primeros cinco:
El prado verde donde corremos.
Ir a toda velocidad en mi super coche rojo por baches y pasos de cebra.
Hacer pis sin anunciar y que no pase nada.
El lomo de Boboni (para las siestas)
Las zanahorias (mi trozo y el de Boboni que a él no le gusta).
¿y tu? ¿Tienes 5 rutinas que te hagan un perro o una persona afortunada?
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