Read this story in Español!

I did. I quit chasing birds. Why? Because I know better.

Wisdom is what keeps me from wasting my time on impossible projects. And wisdom is what allows me to recognize the impossible from the possible. Neat. Right? I’m not so sure.

I used to get a kick out of birds. I saw them hopping on the ground nibbling at stuff and I’d just run after them. I was sure I’d catch them. Even when I didn’t, I was sure I’d catch them. It was a real thrill. Birds beware. (Ha!)

Experience has taught me that unless you can fly it’s impossible to catch them. (Nearly impossible. I’ve snatched a couple throughout my life). They fly and I don’t. Just when you think you got them, they take off high above you and you’re left on the ground, jumping like an idiot, barking, infuriated, powerless.

A dog’s gotta learn at some point, and I’ve learned.

Now I don’t give a rat’s — about birds (as long as they don’t eat my bread crumbs). I see them and zero excitement. No blood rush. Nada. Now birds don’t give a rat’s — about me. They see me coming and they keep doing their thing. Pathetic.

So, what do I get out of wising up? I’ll tell you what I get. Boredom is what I get. Wisdom is overrated. It should be forbidden. Why would you want to be so aware of how things work?

You could say that I’m saving my energy for other things. But what other things? See what I mean? I wish I didn’t know better.

How can I unwise myself? Any ideas?

Birds talking about how boring life is without a dog chasing them.
Felipe-PencilDrawn-SpanishFlag-130high

He dejado de cazar pájaros

¿Por qué? Porque me he espabilao. Es lo que te hace la experiencia, te despierta las neuronas y los sentidos para que dejes de ser un pelele.

La experiencia me evita perder el tiempo en proyectos imposibles y la experiencia me permite distinguir lo posible de lo imposible. Guay, ¿no? Pues yo NO estoy tan seguro.

Antes me solía entusiasmar con los pájaros. Los veía dando saltitos en el suelo, comiendo cosillas y salía corriendo para cazarlos. Estaba seguro que iba a coger uno. Hasta cuando no los cogía estaba seguro que los iba a coger. Era super emocionante. ¡Pájaros, atentos que llego! ¡JA!

La experiencia me ha enseñado que como no puedas volar, es imposible cogerlos. (Casi imposible, he cogido un par a lo largo de mi vida. Eso que quede en el record). Ellos vuelan y tu no. Cuando te crees que los tienes, salen volando por encima tuyo y ahí te quedas, saltando como un idiota, ladrando, enfurecido e impotente. Un pelele.

Después de tantas veces te das cuenta de cómo funcionan las cosas y ya no hay sorpresas. Dejas de ser un pelele. No sales corriendo detrás de un pájaro que sabes que va a salir volando antes de que puedas olerle una pluma.

Ahora paso de los pájaros (siempre que no se coman mis migas de pan). Ahora los pájaros me importan un pimiento. Ahora los pájaros PASAN DE MI. Me acerco peligrosamente a ellos y siguen haciendo sus cosas. Me ven pero no les importa. Patético.

Así que ¿qué es lo que me ha dado la experiencia? Pues un aburrimiento asfixiante. Eso es lo que me ha dado la codiciada experiencia esa de la que todos hablan. Definitivamente está sobrevalorada. Debería de estar prohibida. ¿Para qué quiero yo entender cómo funciona todo?

Bueno, se podría decir que de esta forma ahorro mi energía para otras cosas, ¿pero qué otras cosas? ¿Me pillas? Me encantaría estar más empanao. Volver a pelelandia.

¿Cómo me puedo empanar? ¿Alguna idea?